
«Si tenemos nuestro propio porqué en la vida, podemos soportar casi cualquier cómo”, afirma Nietzsche en El ocaso de los ídolos. Me parece que se puede dudar de esta afirmación: ¿La vida necesita un sentido o es una exigencia que nos hemos inventado en esta época en que queremos someter todo a un control?
Entre las respuestas que se han dado están las que privilegian las relaciones afectivas, la fe, el arte y el trabajo. Sin embargo, cada vez más son las personas que orientan su vida no por el placer -o el sentido- que éstas le dan, sino por la perspectiva de éxito, más o menos inmediato. Por otro lado, si estamos conscientes de que vamos a morir, ¿no será absurdo fijarse metas? ¿Hay alguna diferencia entre metas y sentido? ¿Realmente somos nosotros quienes le asignamos el sentido a la vida o viene de fuera? ¿La pregunta por el sentido de la vida es una pregunta de ricos? Y para terminar, ¿darle sentido a la vida pasa por hacerse preguntas o por no hacérselas?